jueves, 7 de noviembre de 2013

Los predecesores artísticos del surrealismo

Con el pintor metafísico De Chirico, las escenas clásicas se transformaron en visiones de pesadilla. El surrealismo elevó esta especie de visualización del lado inarmónico y disonante de la existencia humana a la categoría de programa. Su inclusión en la literatura y las artes visuales de lo irracional, paradójico y absurdo la había preparado la revuelta dadaísta.
Giorgio de Chirico, Héctor y Andrómaca (1917)

Los surrealistas reunieron a muchos y muy diversos antecesores para legitimar sus esfuerzos: Bosch, Bruegel, Giovanni Batista Piraniesi, el creador de mazmorras laberínticas; el pintor suizo de pesadillas Johann Heinrich Füssli (que luego, en Inglaterra, se convertiría en Henry Fuseli); otro inglés, William Blake; el Goya de los Capricos y los Horrores de la guerra; los artistas franceses Redon, Henri Rousseau y Moreau, mentor de los fovistas, y finalmente el primer Chagall, Klee, unas pocas obras de Léger, el escultor rumano Brancusi y algunos más.
Francisco de Goya, Contra el bien general (1810-1815)

Los poètes maudits, o poetas condenados, desde Rimbau y Baudelaire hasta legar a Lautréamont y el Marqués de Sade, también fueron invocados. El hecho de que el dadaísmo fuera un precursos fundamental era algo que los surrealistas tendían a disimular, a pesar de la gran influencia de Duchamp. Recientemente se ha puesto de manifiesto las conexiones entre el surrealismo y el manierismo histórico, atrayendo de nuevo la atención sobre artistas como Giuseppe Arcimboldo, pintor de la corte de Rodolfo II en Praga, que en cierta manera se anticipó al grotesco humor negro de los surrealistas.
Giuseppe Arcimboldo, El bibliotecario (1566)